La mente del mago es inquieta por naturaleza, y eso hace que seas un poco “hiperpensativo”.
Creo que acabo de inventar un concepto: hiperpensar.
Con esto me refiero a que siempre hay un pequeño tú dentro de la cabeza: barajando cartas, haciendo pases con monedas o agitando un pañuelo de colores.
Está ahí y no puedes evitarlo, te susurra ideas y te muestra imágenes de efectos.
Cuando estás en horas bajas de práctica mágica normalmente está más tranquilo, pero como todos sabéis esto no dura mucho y cuando se despierta… ya la hemos liado.
Normalmente los que sufren a este pequeño Ser suelen ser nuestras parejas y amigos, a los que siempre les estamos pidiendo favores para poder hacerles magia: “estoy trabajando en un nuevo efecto a ver que te parece” “cariño elige una carta…” “el otro día vi que la semana que viene actúa un mago podríamos ir a verle…”
Todo esto es culpa de nuestro pequeño duendecillo, lo siento.
Además el duendecillo tiene otra función en nuestra mente mágica: es el que nos hace perseguir un efecto hasta que nos salga. Te obliga a buscar información, buscar materiales, rutinas y presentaciones…
Pues bien, puedo decir que mi duende se activó hace unos días al ver un juego con 3 nueces:
- ¡Ey! ¿Estás dormido?
- No, aún no.
- ¿Has visto eso, no?
- Sí, claro.
- Sabes que molaría mucho aprenderlo, ¿verdad?
- Sí, la verdad es que puede ser divertido.
- Y no parece excesivamente complicado.
- Tienes razón, no parece muy técnico.
- Busca a ver si encuentras más información.
- Es muy tarde, y mañana hay que madrugar…
- Una búsqueda rápida hombre.
- Venga va…
- ¡Ves! Parece bastante factible…
- Pues la verdad es que sí… esto incluso podría fabricarlo…
- ¡Claro! Y podemos hacer una presentación con historia.
- Pues ahora que lo dices… podría ser una pequeña versión del juego más antiguo del mundo…
- ¡Ahí lo tienes!
- ¡SHHH! No grites que la vas a despertar.
- ¡Cómo la voy a despertar si estoy dentro de tu cabeza!
- Pues es verdad… bueno me voy a dormir. Mañana lo pulimos.
Al día siguiente empezó la búsqueda de materiales, pases y charla…
Puede que desarrollar la rutina completa me lleve tiempo, pero coger las ideas al vuelo no es fácil. Si esto sale, se lo tendré que agradecer a mi pequeño duendecillo.
Nos vemos en la próxima.
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K.