¿Cuando debo cambiar mi baraja de magia? La respuesta es fácil, cuando pierda sus propiedades.
Vale, y ¿eso que significa?
Como bien sabéis las barajas sufren millones de perrerías en manos de los magos: mezclas americanas, truffles, faros, sybils… y eso provoca que poco a poco vayan envejeciendo.
Al envejecer las cartas se vuelven más blandas, ya que la fibra del papel se va rompiendo, y pierden la capacidad de recuperarse de algunos pequeños combamientos.
Además su capacidad para deslizar también se va perdiendo, así que ya os podéis ir olvidando de esos abanicos tan perfectos que nos ofrecen las barajas nuevas. Las cartas se pegan unas a otras y nos quedan escalones en el abanico.
De tenerlas en la mano las cartas cogen humedad y sus cantos se van ennegreciendo, así que lo que antes era un blanco fantástico acaba siendo un color grisáceo bastante feo.
Así que bajo mi opinión, estos son los 3 factores principales que me obligan a cambiar una baraja, pero tranquilos, no todo está perdido para esa baraja, ahora es cuando empieza su tortuoso camino hacia su final.
Del mismo modo que una camiseta pasa a ser camiseta de pijama, trapo para los cristales y finalmente trapo para los zapatos. A las barajas les pasa algo parecido.
Pongamos que cambiamos la baraja porque la que usamos empieza a tener ya los cantos un poco sucios y ya no es tan “joven” como antes. Esa baraja se convierte en baraja de ensayo.
La baraja de ensayo, como os comenté en la entrada ¿Y que pasa con nosotras? Las barajas de ensayo son geniales para coger fluidez con rutinas nuevas y así no castigar las barajas destinadas a las “actuaciones”.
Si no están muy “negras” las podemos usar también para nuestras manualidades, ya me entendéis, o para practicar rutinas donde sea necesario firmar cartas o incluso romperlas.
Una vez la baraja pasa a ser una baraja “vieja”, es decir que ya casi no nos sirve ni para ensayar rutinas de magia, está en su punto óptimo para practicar ese arte que a los magos nos encanta: la manipulación de naipes.
Perfect productions, Cardinis y back and fronts dan vida a nuestras cartas viejas. Danzan felices entre nuestros dedos y descansan en el suelo a nuestro alrededor mientras otras compañeras surgen de manera inexplicable de nuestras manos.
Pero inevitablemente algún día las cartas viejas deben dejar sitio a otras no tan viejas, así que aquí llega el gran dilema de si deben ser tiradas al contenedor azul o si las vamos acumulando intentando recomponer barajas completas, para tener una excusa para no arrojarlas a su destino final.
Os voy a contar como podemos alargar la vida de estas barajas, si lleváis tiempo en la magia seguramente no os descubriré nada nuevo, pero si por casualidad estáis empezando…
Aquí os dejo unos pequeños trucos para alargar la vida de vuestras barajas.
Mi truco favorito es que utilicéis diferentes barajas a la vez. No me refiero a que practiquéis con 2 o 3 barajas simultáneamente, quiero decir que uséis 3 barajas de ensayo de forma rotatoria. Me explico: la Baraja A la usaremos lunes y jueves, la Baraja B martes y viernes y la Baraja C los miércoles y los sábados. (El domingo practicamos monedas, por ejemplo). El hecho de dejar descansar la baraja dentro del estuche hace que recupere sus propiedades, no sé el porqué, pero está comprobado que una baraja que empieza a “pegarse” la metes en el estuche y en 24h se recupera y sigue funcionando.
Si además disponéis de un clip de baraja, os ayudara a sacar la humedad de las cartas mientras están en el estuche. Clips para barajas hay muchos: de metacrilato, de madera, metálicos, de fibra de carbono… Yo tengo el de metacrilato y me va bien, si que es verdad que son un poco más “débiles” que los metálicos pero nada que un poco de loctite no solucione.
Intenta practicar siempre sobre superficies limpias (preferiblemente tapete) lejos de líquidos y otras guarrerías parecidas.
Lavarse las manos antes de coger las cartas hace que tarden más en ennegrecerse sus cantos, ya que tendremos menos grasa en las manos. Así que comer “fritos” mientras se ensayan los ases lentos no es buena idea si quieres que te duren las barajas.
Sobra decir que la temperatura de la habitación en la que practicamos también afecta, sobretodo a los que nos sudan las manos 😉
Si las cartas se te caen al suelo, intenta limpiarlas antes de devolverlas a la baraja, con que las frotes por el pantalón o la camiseta es suficiente. Esto evita que se les pegue polvo y suciedad que daña su superficie y hace que se desgasten más rápido.
Como último “tip” si queréis recuperar el deslizamiento de la baraja podéis aplicarle polvo de abanicos (estearato de zinc) para que recuperen un poco su deslizamiento perdido.
Espero que esta entrada os haya aportado algún consejo nuevo de cómo alargar la vida útil de vuestras barajas mágicas. Ya sabéis que me cuesta mucho deshacerme de las barajas viejas y que las voy acumulando pero tarde o temprano me tendré que plantear a ver que hago con ellas.
Dejadme en los comentarios qué trucos utilizáis vosotros para alargar la vida de vuestras barajas.
Para acabar la entrada me gustaría recordaros que el gran René Lavand empezó con una mano y una baraja vieja. Así que ya sabéis, cuidad de vuestras barajas viejas.
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Hasta cuando queráis.
K.