Pues si amigos, por ircunstancias que escapan a mi control me he tenido que tomar un descanso de cartomagia club.

¿No sabéis que es? Ah, pues ahora os lo explico.

Hace un año, más o menos, entré en la “escuela” de Gabi Pareras; Cartomagia Club. Era un sueño cumplido y por el que tuve que esperar bastante tiempo, pero al final entré.

Empezamos siendo 7 en clase: Julio, Sergio, Michele, Jordi, José María, Manuel y yo. Pero últimamente éramos 5. José María y Jordi fueron los primeros en tener que dejar las clases, cada uno por sus circunstancias.

Pero lo que seguro que queréis saber es qué se enseña en las clases de Gabi, ¿me equivoco?

Pues bien, en las clases de Gabi, se enseña mucha teoría. También muchos juegos, obviamente, pero esos juegos son herramientas que Gabi utiliza para poder meter la teoría de una forma más amena.

Gabi usa la técnica de “la gota malaya”, esa gota que va calando poco a poco y se va filtrando en tu cerebro sin que te des cuenta. Poco a poco te vas dando cuenta de que tu percepción de los juegos va cambiando y que empiezas a plantearte cosas como si es mejor recoger las cartas antes o después de revelar la predicción y cosas por el estilo.

Como bien sabéis, Gabi es uno de los grandes de la magia ficcional. ¿Y qué entendemos por magia ficcional? Pues esa magia que dota de significado las cosas. Que las cartas dejan de ser cartas para significar algo más para el espectador. Esa magia que busca crear una emoción más profunda que la “sorpresa” en un espectador. Esa magia que se ve y se siente.

Con nombres tan divertidos como “la teoría del autobús” o “la del camarero” Gabi ancla conceptos en sus alumnos para que éstos luego puedan aplicar el método creativo a la hora de enlazar juegos o incluso aportar sus propias variaciones a los juegos del temario. De hecho, hay algunas variaciones que han merecido modificar la ficha original hecha por el maestro, ahí es nada.

Porque en Cartomagia club, nadie es más que nadie. Todo es debatible y valorable.

Yo me “enrroqué” con un juego. Quería enlazar una aparición de 4 cartas con un efecto “sorbete” pero muy sorprendente. Mis condiciones eran que ambos juegos debían ser consecutivos, ni viajes al estuche ni juegos entre medias. Al final Sergio fue el que pudo conectar ambos juego, y yo ya duermo mejor.

En clase a veces se nos acumula el trabajo, porque nos ponemos a discutir sobre conceptos o juegos y hay veces que no avanzamos mucho. También os digo que en un año de clases, si no se han trabajado más de 150 juegos, no hemos trabajado ninguno…

Gabi no nos hace “exámenes” ni nada parecido, pero si que de vez en cuando nos preparamos un juego del temario y luego nos corrige o nos pone “deberes” para ver si entre todos encontramos una mejor solución para una secuencia u otra.

En fin, echaré de menos ir los martes “al bar” para juntarme con mis compis de clase, para luego subir las escaleras mientras Gabi nos cuenta algún chiste.

Pero esto es solo una pausa. En cuanto pueda me reengancho otra vez, puede que no con mis compis, pero con otros nuevos.

Martes 2, si leéis esto, no dejéis de enviarme ensayos y cositas chulas que os vaya enseñando “el Nene”.

Y a ti Gabi, te doy las gracias por la paciencia conmigo, por enseñarme y por hacer que mi magia sea un poco mejor. Nos vemos pronto.

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“Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo en un Whisky on the Rocks…”

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Hasta cuando queráis.

K.