«La magia no tiene ángulos, sólo magos mal colocados.»

«La magia no tiene ángulos, sólo magos mal colocados». Esta es una frase Gabi no paraba de repetir, y cada vez estoy más convencido de ello. Tanto que este fin de semana me he tenido que enfrentar a ella en su enésima potencia, o al menos eso creo.

Por si algún lector no aficionado a la magia lee esto, los magos hablamos de ángulos cuando dependiendo de dónde esté situado un espectador puede que se lleve algún «souvenir» que no debería (también es de Gabi lo del «souvenir). El caso es que algunos efectos de magia están pensados para verlos de frente, otros para que se vivan en teatros y otros a través de las pantallas del móvil.

Normalmente, cuando tengo que actuar en algún show, suelo tener el público delante. Y esto aunque os parezca obvio, no siempre se cumple. No hablo en situaciones de magia de cocktail, donde puedes estar rodeado de gente. Hablo en condiciones de salón-escena.

Os cuento: hace tiempo me comprometí a hacer un show para celebrar «la fiesta de los mayores» de un pueblo cercano a Barcelona. Me comentaron que esperaban como 250 asistentes, entre familiares y usuarios, así que tuve que plantear un «show de escena» y no tanto de cerca como estoy acostumbrado.

Primer handicap.

Al tener que presentar magia para un número tan grande de espectadores tenía que pensar en efectos que se pudieran ver a «cierta» distancia porque al no disponer de medios técnicos de AV los efectos en mesa quedaban «descartados».

Como tuve tiempo para ir pensando qué efectos podía presentar pude elaborar una pequeña lista de 10-12 efectos y a partir de ahí ir «descartando».

Segundo handicap.

Pedí que me mandaran un poco de info de dónde iba a ser la actuación para ver como preparaba los efectos. Aire libre y «escenario» circular.

Al ver el espacio que quedaba al rededor del «escenario» me di cuenta que 250 personas sentadas en mesas no iban a caber, por lo que se me ocurrió preguntar si «tendría espectadores por delante y por detrás». Y efectivamente, los tendría.

En este momento empieza la histeria de mago. Espectadores por doquier implica que si estás haciendo un efecto encarado hacia una dirección significa que le estás dando la espalda a una parte del público, y lo que es peor, no están viendo la magia. Los «hilillos» de Juan se rompen y pierdes a esa parte del público. Así que 3 efectos se cayeron de la lista.

Por otra parte, los famosos ángulos que os comentaba. Hay momentos en que la posición de nuestro cuerpo nos ayuda, pero no te puedes sacar un palo de escoba del bolsillo de atrás del pantalón sin que los espectadores que están a tu espalda vean que lo has hecho, por lo que los efectos elegidos debían tener el mínimo de puntos sensibles posibles.

A parte de que se debían de poder ver en un radio de casi 360º… ¡En menudo jardín me había metido sin saberlo!

Tocaba pensar y buscar por los cajones efectos que cumpliesen más o menos con estas dos premisas… Al final me quedé con una lista de 9.

¿¡A quién se le ocurre hacer magia en escenario de 360º!? ¡Ni que fuera el U2 de la magia!

En fín, con la lista hecha y con el ensayo justo (mal hecho por mi parte, lo se) me voy para el show. Durante el viaje me llamó Borja, para comentar la jugada y echarme un cable con los nervios. La conversación fue muy buena; porque llegué más tranquilo, con un efecto menos (ya que estaba repetido) y con un orden más lógico en la sucesión de los efectos.

Llegué al lugar donde tenía que actuar, ola de calor y a pleno sol. Todo bien. Pero como no hay mal que por bien no venga, debido al calor intenso, muchos de los asistentes se habían dado de baja. La organización habían conseguido poner a todos los asistentes en una misma zona, que le tocaba un poco la sombra ¡así que no tenía público por detrás! Antes de respirar aliviado, me aseguré de que no se iban a montar mesas por detrás del escenario y una vez me lo confirmaron, pude respirar un poco más tranquilo. Sólo un poco.

Luego me enfadé conmigo mismo por haber dejado en casa efectos que podría haber hecho perfectamente con esa disposición de las mesas. Aunque al final pienso que la elección no estuvo tan mal.

De este show he aprendido varias cosas,

Actuar para mucha gente en «condiciones poco controladas» es una tarea bastante compleja, si te importa un poco la calidad del espectáculo que ofreces. Siempre hay distracciones: camareros, coches que pasan tocando el claxon o con la música tan alta que se come la dulce sonata de piano mientras haces un efecto»íntimo», niños que se caen mientras corren y se raspan la rodilla, etc… (Todo esto no pasó pero podría haber ocurrido. El show transcurrió con normalidad y sin incidentes no os asustéis XD)

La invisible se puede usar para abrir el show.

Hay efectos que sólo fallan en público…

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Hasta cuando quieras.

K.

Magia con K Autor

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