Llevo años practicando magia, y he abierto montones de barajas, pero no por haberlo hecho muchas veces deja de ser especial.
Abrir una baraja es descubrir una nueva compañera de fatigas.
Como sabréis, la magia necesita de mucha practica, así que una baraja se pasa muchas horas en las manos. Pasando de una a otra, mezclándose, cayéndose al suelo…
Abrir una baraja, es algo que me gusta mucho. Casi es como entrar en una de esas tiendas de bricolaje. Sientes que podrás hacer lo que te propongas con ella, los trucos más inverosímiles que dejarán pasmados a tus amigos, familia y espectadores.
Antes de propiamente abrir la baraja, me gusta estudiar el estuche. No todos son iguales: algunos son satinados y brillantes, otros tienen un tacto más rugoso, cosa que les da un color mate. Hay diferentes fabricantes de barajas y, la verdad, hay algunos estuches súper trabajados y las tintas metalizadas les dan un efecto espectacular.
Una vez estudiado el estuche llegamos a la parte crítica de abrir la baraja. Cómo rompes el sello! Digamos que los puedes abrir de 5 maneras distintas.
- Corte triangular, puede que sea el más elaborado y “fino”.
- Despegar el sello, personalmente no lo hago, queda el pegamento en el estuche y luego se ensucia.
- Corte redondo, normalmente yo abro de esta manera las barajas.
- Corte recto, cuando el ansia por abrir la baraja te puede… Es el más rápido.
- Arrancarlo, creo que también forma parte de la baraja y hay que tratarlo con “cuidado”.
Ya tenemos la baraja abierta, llega el gran momento de jugar con las cartas!
Abres el estuche y las sacas. La primera sensación de la baraja en la mano te va a decir si te va a gustar o no.
Quitas las cartas promocionales y abres un abanico para ver como deslizan.
Haces una cinta sobre el tapete y te llega ese olor a cartas nuevas.
Miras que estén todas en su sitio. Inviertes la cinta para exponer los dorsos y disfrutar de su diseño y de cómo se “conjuntan” en una extensión.
Vuelves a hacer la cinta, esta vez de dorso. Sin pausa la recoges y la cuadras en la mano. Inspeccionas las “cartas importantes”, el As de Picas, los Jokers, las figuras…
Un par de mezclas para ver que dureza tienen y la dejas en el tapete.
Te apoyas en la silla y observas las cartas sobre el tapete, solas. Y piensas, “me encanta esta baraja”.
Yo divido mis barajas en 2 grupos: las de colección y las de magia.
La única diferencia entre estas categorías es el diseño de la baraja. Al fin y al cabo, no dejan de ser 52 cartoncillos impresos, así que cuanto más bonito sea su diseño, mejor.
En próximas entradas os presentaré algunas de mis barajas favoritas.
Nos vemos en la próxima.
No olvidéis compartir la entrada y suscribiros al newsletter. También podéis seguirme en mis redes sociales: Twitter, Instagram y Facebook.
K.